Lo que sucede en la mente, se refleja en el cuerpo.

El trabajo corporal de la Terapia Integrativa toma en cuenta al organismo de una forma total, atendiendo la vivencia corporal del paciente y del terapeuta.

Cada vez más, el análisis y estudio de lo corporal va alcanzando una gran importancia y referencia dentro de determinadas líneas de trabajo terapéutico. Las diferentes técnicas y teorías corporales buscan ofrecer respuestas ante aquello que acontece en nuestro cuerpo como reflejo de experiencias internas y externas. 

Es aquí, en nuestro cuerpo, donde precisamente los bloqueos y conflictos psicológicos quedan grabados. De hecho, diferentes estudios de la forma corporal demuestran que en ella se refleja no sólo nuestra historia genética, sino también emocional. 

A lo largo de nuestro desarrollo, todas las personas hacemos frente a diferentes «agresiones», referidas en este caso a aquellos acontecimientos que provocan respuestas emocionales que agobian a nuestro organismo. 

Para un bebé o cualquier niño o niña, los acontecimientos no familiares, los sonidos fuertes o repentinos, la ausencia de cuidados, o cualquier tipo de negligencia, implican o constituyen en sí una «agresión». Una vez en la etapa adulta, las disputas, conflictos o cualquier problemática personal o relacional (Familia- Sociedad…), implica también un impacto en nuestro cuerpo, produciendose interrupciones en los procesos de expansión y contracción propios del organismo. Las reacciones primarias a estas «agresiones» dan como resultado rigidez y densidad. 

 En palabras del propio Stanley Keleman, psicoterapeuta estadounidense, pionero del estudio del cuerpo y de la psicología somática:

«cuando los procesos metabólicos se aceleran, los órganos, el sistema muscular y el cerebro, se inflaman. La estructura corporal intenta controlar este aumento de la excitación, bien a través de la espasticidad y el reforzamiento, o por la compactación y la compresión. Estas condiciones están acompañadas de sentimientos de cólera, rabia, control, oposición o duda de uno mismo».

Parece quedar más que claro que nuestros procesos internos corporales no van por libre y existe una estrecha relación cuerpo-mente, experiencias externas – internas, percepciones, grado de impacto de la experiencia en uno mismo, etc. A esto cabría añadir que por lo general, las experiencias tempranas suelen ser las que más huella dejan en el cuerpo, conformando una sintomatología, coraza o ciertas limitaciones personales.

En AlvahPsico trabajamos también con el cuerpo y desde el cuerpo, pues no concebimos la salud mental sin una atención adecuada a lo que está sucediendo en nuestra fisiología.

 

Escrito por:

Cuerpo y vida.

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